Son ricos y famosos. Juegan en los mejores clubes del mundo y viven rodeados de lujos. Eso sí, durante toda la temporada pasan largos períodos lejos de sus casas, arriba de aviones y de hotel en hotel. Y si bien no todos cumplen con la máxima que obliga a mantener una vida alejada de los vicios y las perdiciones, se puede decir que la vida de un futbolista es sacrificada. Pero con la llegada del verano, son cientos los que preparan las valijas y buscan como destino por excelencia las mejores playas del mundo.
A Miami llegaron por ejemplo José Mourinho con sus hijos, al igual que el colombiano Radamel Falcao García, quien lo hizo acompañado por su esposa Lorelei. Otro de los que llegó hasta Florida, en Estados Unidos, fue el argentino Ezequiel Lavezzi, junto a su esposa Yanina Screpante, con la que se mostró por South Beach.
Hasta Ibiza llegaron Cesc Fábregas y Daniella Seeman, con quien previamente pasó unos días en Porto Cervo, en la isla italiana de Cerdeña, en donde también fueron vistos Kevin Prince Boateng y su novia Melissa Satta. Muy cerquita, en Portofino, el inglés Frank Lampard estuvo tomando sol junto a su compañera Christine Bleakely.
Amantes de las buenos gustos, la mayoría se mantuvo alejado de la prensa y prefirió rodearse con sus más íntimos para recargar las pilas antes del inicio de otra exigente etapa de competencia. LA GACETA ©